Los horóscopos hacen que te hundas

El Papa Francisco, en su reciente audiencia , ha hablado sobre el interés que algunos tienen por los horóscopos y la consulta a los adivinos.

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“Cuando uno no se aferra a la palabra del Señor y, para tener más seguridad, se consulta el horóscopo o a los adivinos, comienzas a hundirte”.

“Esto quiere decir que la fe no es demasiado fuerte”.

Pueblo de pecadores

Durante la Audiencia General, el Papa Francisco nos animó a ser testigos del amor de Dios en medio de los hermanos y anunciadores de la misericordia que el Señor tiene para todos sin excepción.

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“Donde hay una persona que sufre, Jesús se hace cargo y ese sufrimiento se vuelve suyo, siempre abre los brazos de par en par a los pecadores, independientemente de que hayan transcurrido una vida llena de elecciones equivocadas”.

“Aunque la Iglesia es un pueblo de pecadores, en ella experimentamos la misericordia y el perdón de Dios”.

Cristianos de salón

Con motivo de la fiesta de San Pedro y San Pablo, el Papa Francisco habló sobre el martirio y la necesidad de probar con hechos que somos discípulos de Cristo.

Especialmente en el momento de la prueba, Dios nos tiende su mano, viene en nuestra ayuda y nos libra de las amenazas de los enemigos. Pero recordemos que nuestro verdadero enemigo es el pecado y el maligno, que nos empuja a ello”.

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Preguntémonos si somos cristianos de salón, de esos que comentan cómo van las cosas en la Iglesia y en el mundo, o si somos apóstoles en camino, que confiesan a Jesús con la vida porque lo llevan en el corazón. Quien confiesa a Jesús sabe que no ha de dar sólo opiniones, sino la vida”.

 

Topografía del espíritu cristiano

Cada uno de nosotros tiene su propia Galilea, donde Jesús se ha manifestado y hemos tenido esta alegría, este entusiasmo para seguirlo. Es necesario tener siempre la memoria del primer encuentro con Jesús y de los encuentros sucesivos”.

El segundo punto de referencia es la oración. Cuando Jesús asciende al Cielo no se separa de nosotros. Físicamente sí, pero está siempre unido para interceder por nosotros. Le hace ver al Padre las llagas, el precio que ha pagado por nosotros. Debemos pedir la gracia de contemplar el Cielo, la gracia de la oración, la relación con Jesús en la oración que en este momento nos escucha y está con nosotros”.

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Después hay un tercer punto: el mundo. Jesús dice a los discípulos: ‘Vayan al mundo y hagan discípulos’. Vayan: el lugar del cristiano es el mundo, para anunciarle la Palabra de Jesús, para decirle que hemos sido salvados”.

Porque yo tengo la memoria del encuentro con Jesús, tengo la certeza de que Jesús está en el Cielo en este momento e intercede por mí, está conmigo, y yo rezo y tengo el coraje de decir, de salir de mí y decir a los demás, y dar testimonio con mi vida, de que el Señor ha resucitado, está vivo. Memoria, oración, misión”.

Que el Señor nos dé la gracia de entender esta topografía de la vida cristiana e ir adelante con alegría, con esa alegría que nadie podrá quitarnos”.

Son Santos los que llevan adelante a la Iglesia

En la Celebración de la Memoria de los Testigos de la fe de los siglos XX y XXI en la Basílica de San Bartolomé, el Santo Padre dijo que la Iglesia es una Iglesia de mártires.

Y existen también tantos mártires escondidos, esos hombres y esas mujeres fieles a la fuerza humilde del amor, a la voz del Espíritu Santo, que en la vida de cada día buscan ayudar a los hermanos y de amar a Dios sin reservas”.

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Jesús nos ha elegido y nos ha rescatado, por un don gratuito de su amor. Con su muerte y resurrección nos ha rescatado del poder del mundo, del poder del diablo, del poder del príncipe de este mundo”.

Los mártires pueden ser pensados como héroes pero lo fundamental del mártir es que es uno que ha recibido una gracia. Existe la gracia de Dios, no el coraje, no valentía, ésto es lo que lo hace mártir”.

El escándalo destruye

En su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta, el Santo Padre habló del escándalo que supone llevar una doble vida.

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Pero, ¿qué cosa es el escándalo? El escándalo es decir una cosa y hacer otra; es la doble vida, la doble vida. La doble en todo: yo soy muy católico, yo voy siempre a Misa, pertenezco a esta asociación y a esta otra; pero mi vida no es cristiana, no pago lo justo a mis empleados, exploto a la gente, soy sucio en los negocios, hago blanqueo de dinero… doble vida. Y tantos católicos son así. Y escandalizan”.

A todos nosotros, a cada uno de nosotros, nos hará bien, hoy, pensar si hay algo de doble vida en nosotros, aparecer justos, parecer buenos creyentes, buenos católicos, pero por debajo hacer otra cosa; si hay algo de doble vida”.

Me enfado con el Señor

En la misa matutina de la Residencia Santa Marta, explicó el Papa que los sacerdotes, en aquellos tiempos, ofrecían sacrificios pero debían ofrecerles continuamente, año tras año, porque no eran definitivos.

Y el primer paso de Jesús en el mundo fue: «yo vengo a hacer tu voluntad». Y la voluntad del Padre era que con este sacrificio se aboliesen todos los sacrificios y este fuese el único: «Tú no quisiste, no te agradaron ni sacrificios ni oblaciones, ni holocaustos ni sacrificios por el pecado. He aquí que vengo a hacer tu voluntad»”.

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El Señor dialoga siempre con los que invita a hacer este camino y a decir el ‘heme aquí’. Tiene mucha paciencia, mucha paciencia”.

Precisamente repasando las Escrituras nos damos cuenta de que la respuesta no está descontada para nada: ¿Voy a esconderme, como Adán, para no responder? ¿O cuándo el Señor me llama, en vez de decir ‘heme aquí’ o ‘¿qué quieres de mí?’, huyo, como Jonás que no quería hacer eso que el Señor le pedía?”.

Alguno podría también tener una duda: ‘¿Se puede discutir con el Señor?’. Sí, a Él le gusta. A Él le gusta discutir con nosotros. Cuando alguno me dice: ‘Pero, padre, yo muchas veces cuando voy a rezar me enfado con el Señor…’, la respuesta es: ¡También esto es oración! ¡A Él le gusta, cuando tú te enfadas y le dices a la cara lo que sientes, porque es Padre! Pero esto es también un ‘heme aquí’”.

Colaborar a la venida del Reino de Dios

El Papa Francisco siguió su catequesis de Adviento hablando sobre la esperanza cristiana, como algo que todos necesitamos en nuestra vida.

El Profeta Isaías nos ayuda a abrirnos a la esperanza y a acoger la Buena noticia de la Salvación con un canto de alegría, porque el Señor está ya cerca”.

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La presencia de Dios en medio de su pueblo, entre los pequeños, en las realidades adversas o cuando llega la tentación de pensar que ya nada tiene sentido, se convierte, esta presencia, en portadora de libertad y de paz”.

Del mismo modo, nosotros estamos llamados, ante el misterio del Niño Dios en Belén, a darnos cuenta de esta urgencia y a colaborar a la venida del Reino de Dios, que es luz y que debe llegar a todos”.

La cultura nociva del descarte

El Papa ha recibido en audiencia a la Asociación Nacional de Trabajadores Ancianos italianos y les ha advertido de la relevancia de los ancianos.

La Iglesia mira a las personas ancianas con afecto, gratitud y gran estima, como parte esencial de la comunidad cristiana y de la sociedad, pues representan las raíces y la memoria de un pueblo”.

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Ustedes tienen la misión de dar testimonio de los valores que realmente importan y que permanecen para siempre”.

Estamos llamados a trabajar para el desarrollo de la cultura de la vida, dando testimonio de que cada etapa de la existencia es un don de Dios y tiene una belleza e importancia propias, aunque esté marcada por la fragilidad”.

Hemos de contrarrestar la cultura nociva del descarte, que margina a los ancianos considerándolos improductivos. Favorecer los lazos entre generaciones porque el futuro de un pueblo requiere el encuentro entre jóvenes y ancianos”.

El huésped de piedra

El Papa ha comentado el evangelio de hoy y el evangelista Lucas narra de Jesús, que mientras estaba en camino hacia Jerusalén, entra en un poblado y es recibido en casa de dos hermanas: Marta y María.

Ambas ofrecen acogida al Señor, pero lo hacen en diferentes modos. María se sienta a los pies de Jesús y escucha su palabra (cfr v. 39), en cambio Marta está ocupada preparando cosas”.

En sus quehaceres y ocupaciones, Marta corre el riesgo de olvidarse. Y este es el problema: corre el riesgo de olvidar la cosa más importante, es decir la presencia del huésped, que era Jesús en este caso”.

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Y el huésped no es simplemente servido, alimentado, cuidado en todos los sentidos. Es necesario sobre todo que sea escuchado. Recuerden bien esta palabra: ¡escuchar! Porque el huésped es acogido como persona, con su historia, su corazón rico de sentimientos y de pensamientos, para que se pueda sentir verdaderamente en familia. Pero si tú recibes a un huésped en tu casa y continúas a hacer las cosas, lo haces sentarse allí, callado él, callado tú, es como si fuera de piedra: el huésped de piedra. ¡No! El huésped es escuchado”.

Si nosotros vamos a rezar -por ejemplo- delante al Crucifijo y hablamos, hablamos, hablamos y hablamos, y después nos vamos: ¡no escuchamos a Jesús! No dejamos hablar a Él a nuestro corazón. Escuchar: aquella palabra es clave. ¡No olviden! No debemos olvidar que la Palabra de Jesús nos ilumina, nos sostiene y sostiene todo lo que somos y que hacemos”.